jueves, 23 de julio de 2009

PROGRAMAS DE FORMACIÓN TRANSDISCIPLINARIOS

Propuesta 1: Nivel de licenciatura:Conformar programas transdisciplinarios a partir de la reorganización de las estructuras existentes: Se formarán 5 grandes núcleos transdisciplinarios según sea el licenciado a formar; Así tenemos al Licenciado en Ciencias Económicas y Sociales, al licenciado en Ciencias Educativas y Comunicaciones integrales, al Licenciado en Ciencias de la Salud, al licenciado en Ingeniería y Arquitectura ( a un licenciado que combine dos o tres ingenierías, Licenciado en Ciencias Básicas Naturales ( a un licenciado que combine dos o tres ciencias básicas)Propuesta 2 : Nivel de licenciatura:Licenciado en Estudios del Desarrollo Humano, Endógeno y Sustentable.Licenciado en Ecoturismo y conservación del Patrimonio Ambiental.Licenciado en Educación y Comunicación Humana.Licenciado en Diseño y Construcción alternativa popular y Étnica.Licenciado en Artes Integrales, Autóctonas y populares.Licenciado en Deportes, recreación y disfrute.Licenciado en Ciencias de la Salud.
DE LA DISCIPLINA A LA TRANSDISCIPLINA
La preocupación por relacionar las diferentes disciplinas del conocimiento ha estado presente en el pensamiento humano desde hace mucho tiempo pero, paralelamente, en la actualidad se ha formulado la necesidad de la transformación en las instituciones de educación superior venezolanas, logrando así un gran revuelo. Esta situación ha adquirido especial connotación, concibiéndose como una nueva etapa del desarrollo del conocimiento científico, a propósito de las técnicas de información y comunicación que nos acercan a una sociedad del conocimiento que pretende cambiar las prácticas sociales y nuestra manera de actuar y entender el mundo. En este sentido, se hace necesario una docencia actualizada que no escape a estas realidades, si antes el docente era fuente de información en un área determinada del conocimiento, hoy día es fuente de retos intelectuales, preguntas interesantes, orientación de la información, acompañamiento y apoyo para el procesamiento y apropiación de la información que trasciende el perímetro irrestricto de las disciplinas del conocimiento. Nosotros, al igual que muchos organismos internacionales y nacionales, sugerimos "la transdisciplinariedad del conocimiento5" (Banco Mundial, 2000), que coloca de manifiesto este concepto como visión de la pedagogía de la educación superior para la búsqueda del saber, en una sociedad enmarcada por el conocimiento integral. Ello presenta asidero legal en el preámbulo de la carta de la transdisciplinariedad, específicamente en el artículo 5:
La visión transdisciplinaria es definitivamente abierta en la medida en que trasciende el campo de las ciencias exactas estimulándolas para que dialoguen y se reconcilien, no solamente con la ciencias humanas sino también con el arte, la literatura, la poesía y la experiencia interior6.
La pedagogía es el camino hacia nuestra propuesta, ya que no está centrada en la información, puesto que la docencia no agota al conocimiento, por el contrario, facilita su circulación, abriéndole a los estudiantes y al investigador la misma oportunidad para su adquisición y las posibilidades de comunicación con las distintas fuentes de información. Con lo referido subrayamos, una vez más, el desempeño e importancia de la pedagogía en llevar la vanguardia del enfoque transdisciplinario.
La pedagogía puede explotar como herramienta los medios que brinda la informática para alcanzar el enfoque transdisciplinario. Esta herramienta, como valor agregado fundamental, suministra criterios y objetivos para una buena diversidad en la búsqueda de las áreas del conocimiento y la manera como se interconectan a todas las tendencias del conocimiento. Por ello, partiendo de una buena utilización de los instrumentos tecnológicos para la construcción de este enfoque transdisciplinario a través de la pedagogía, a la hora de diseñar los planes de estudio y crear nuevas e innumerables asignaturas desvinculadas y descontextualizadas debemos más bien pensar en fortalecer el carácter interdisciplinario y transdisciplinario en los profesores y en los estudiantes, realizando proyectos conjuntos que articulen en la práctica investigativa esta necesaria integración.
Tal propuesta induce un replanteamiento y una reflexión esencial sobre la enseñanza y la investigación en las universidades. La discusión y planteamientos en las políticas publicas e institucionales, en torno a la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, no es sólo una consecuencia de la evolución del conocimiento, sino también una respuesta en contra de los "vicios del departamentalismo7" (Tunermann, 2000) y sus derivaciones en la organización de la enseñanza e investigación universitarias.
Por lo referido, la discusión tanto nacional como internacional sobre el tema se ha orientado a esclarecer el concepto transdisciplinario, en la medida en que éste favorece una enseñanza e investigación adaptadas al actual desarrollo del conocimiento y a examinar sus posibilidades como elementos fundamentales de innovación en el ser y quehacer de la universidad contemporánea.
La Universidad Central de Venezuela es la institución de educación superior8 en nuestro país pionera en realizar esfuerzos para realizar aportes relacionados con la transdisciplinariedad, y esto se evidencia a propósito de las Jornadas de Dialógica, efectuadas en los años de 1998 y 1999, y más recientemente en las Jornadas de Currículo, celebradas en el año 20029.
En estas jornadas quedó claro que en la última década del siglo XX, los términos y vínculos entre la transdisciplinariedad y la pedagogía han tenido relevante importancia para nuestra comunidad de investigadores, preocupados por interconectar las diferentes áreas del conocimiento según las exigencias de la sociedad y como medida para articularnos en las propuestas realizadas por los organismos internacionales, nacionales e institucionales.
5. ALGUNOS APORTES PARA LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA
Para efectuar sugerencias o propuestas en las diferentes áreas del conocimiento, debemos partir de un enfoque general y que emerja de la realidad. La estructura académica debe ser el eje de la matriz generadora de los cambios, para insertar la teorización de los conceptos pedagógicos en términos interdisciplinarios y transdisciplinarios, para de esta manera generar una ruptura con la super-especialidad o especialización de la especialidad y poder alcanzar visiones más amplias y generales de los proyectos complejos.
Para infortunio nuestro, los estudios en muchas universidades no son asumidos como un sistema (Núñez, 2002), por tal razón lo primero que debemos emprender es la visión sistemática como fundamento relevante de nuestros postgrados, pues desde este nivel educativo, pudiéramos proponer el primer paso para la inclusión de la transdisciplinariedad. Tal invitación implicará tener componentes e interacciones suficientemente definidos e insertar la transdisciplinariedad en los programas de estudios a través de seminarios, tópicos o asignaturas que promuevan este enfoque. Álvarez (1998:22) plantea lo siguiente:
LA UNIVERSIDAD : ESCENARIO PROPICIO PARA LA TRANSDISCIPLINARIEDAD
Día a día los integrantes de la comunidad universitaria nos percatamos de los requerimientos que en materia de seguridad social, educación, salud, entre otros, nos exige la colectividad. Son las instituciones de educación superior y principalmente las universidades las llamadas a dar respuestas innovadoras, con equidad, pertinencia y calidad, a tales demandas, por ser ellas centros por excelencia de producción de saberes. Estos planteamientos sociales emanan del medio y emprender estos desarrollos requiere de un pensamiento complejo, tal como lo hemos referido en párrafos precedentes. Por tal razón el enfoque transdisciplinario es capaz de resolver y dar respuestas cónsonas con su entorno. Pero alcanzar tal nivel de análisis y perspectiva requiere de un desarrollo intelectual capaz de crear un proceso coherente, sistematizado y ordenado que conduzca a la producción de conocimientos, que serán la respuesta a los planteamientos sociales.
De lo antes descrito surgen ciertas interrogantes: ¿cómo abordar un pensamiento complejo?, ¿cómo acercarnos a las respuestas viables, pertinentes y de calidad?, aún más, ¿cómo y dónde acercar las diferentes áreas del conocimiento?
Para dar respuestas a estas interrogantes es necesario transitar a través de la transdisciplinariedad. Como señalamos al inicio de nuestro artículo, este enfoque ha sido planteado y argumentado por investigadores de la educación, tal es el caso de Morin (1982:56), refiere el autor: "la realidad es compleja...y a través de la transdisciplinariedad nos acercaremos a ella".
Nos topamos ahora frente a ciertas tradiciones que ven la transdisciplinariedad como rezago y no como característica de una determinada sociedad del conocimiento. Ciertas concepciones presumen el desarrollo del saber y la cultura bajo la óptica de la homogeneización y no de la pluralización, generando lenguajes simbólicos unitarios y discursos que en la mayoría de los casos la neutralizan aparentando ser progresistas. Esta postura dificulta el diálogo entre las diferentes áreas del conocimiento y por esencia a la propuesta transdisciplinaria para la educación superior venezolana. La frontera entre ellas, su lenguaje y sus conceptos propios, aíslan una disciplina con relación a las otras y también con relación a los problemas que entre ellas surgen.
En este sentido, la rapidez por alcanzar el dinamismo del saber y el desarrollo del conocimiento nos induce a correr el riesgo de perder la orientación del descubrimiento y de la realidad, propósito que perseguimos los que incursionamos en la producción del saber. En esa carrera logramos que se forme lo que Morin (1992:21) llama "Espíritu hiperdisciplinario", es decir, "un espíritu de propietario que prohíbe toda incursión exterior en su parcela de saber". En consecuencia las disciplinas han crecido y se han desarrollado en estructuras de lucha y poder, a través de la historia, por mantener su estatus. Para solventar tal contrariedad se hace necesario determinar las barreras que el código de comunicación establece en cada área especifica del saber. Para lograr romper con esa rigidez planteamos el empleo de un lenguaje claro y sencillo, que permita la fluidez de la comunicación entre ellas.
La transdisciplinariedad, por su parte, alude a otras áreas o dimensiones en el mundo del conocimiento, una lógica y una metodología, no es una nueva disciplina, concierne sólo a lo que está a la vez entre las disciplinas y a través de las disciplinas, y aun mas allá de las disciplinas (Nicolescu,1997). Según lo formula este investigador, el modo de conocimiento transdisciplinario emana como un requerimiento de la sociedad, ligado directamente a lo social, a la educación, a lo ecológico, al manejo de empresas, arquitectura urbana; donde el análisis crítico y las posibles soluciones necesitan del regreso de la fuerza del sujeto en la producción del conocimiento para la educación que queremos. La transdisciplinariedad es un discernimiento metodológico, donde el sujeto conocedor del objeto de conocimiento es ciertamente diferente más no separable, aquí juega un papel importante la conceptualización y el propósito de la pedagogía.
He aquí en efecto la relevancia de la pedagogía, ya que su carácter esencial es tarea que en todo momento debe iniciarse bajo una concepción histórica-epistemológica. Su pronunciamiento como disciplina y su articulación en el conjunto de saber con otras disciplinas, incluyendo el discurso filosófico, constituyen las particularidades que acercan a la pedagogía con el contexto transdisciplinario.
Lo referido con anterioridad se hace oportuno, por cuanto todas las disciplinas del conocimiento se otorgan la potestad y se consideran autorizadas a invadir o al menos a asumir el objeto de trabajo de la pedagogía, además, porque otras disciplinas se creen depositarias del saber que pertenece a la pedagogía, en este sentido se tiende a confundir la educación como acción y la pedagogía como teoría o sistema (Molins, 1999). La alternativa para dar soluciones a las carencias sociales es poner a dialogar a las diferentes disciplinas, para que en el mejor de los casos emitan respuestas oportunas, viables y confiables.
Como la temática central gira alrededor del análisis de la transdisciplinariedad, lo pedagógico conceptualmente se aproxima a la intención de ella. Pensamos que el planteamiento es fácilmente justificable en el ámbito universitario, pues si lo que deseamos es una institución de calidad y pertinencia, ésta debe incentivar la participación holística de sus docentes y alumnos en los procesos de capacitación y mejoramiento pedagógicos, significando los espacios de reflexión continua en las diferentes áreas del conocimiento, sobre los problemas específicos de la enseñanza y el aprendizaje, desde la perspectiva de cada disciplina con proyección transdisciplinaria. Con este enfoque será importante crear una buena disposición de análisis, discusión y mejoramiento de las prácticas pedagógicas en cada espacio del saber, justificando la importancia del rol que cumple la metodología transdisciplinaria al momento de abordar su objeto de estudio.
Ciertamente esta reflexión referente a la pedagogía no debe ser desvinculada del debate científico propio de cada comunidad académica, ya que se correría el peligro de perfilar metodologías de enseñanza alejadas de la realidad, es decir, de los procedimientos a través de los cuales en cada disciplina se construye el conocimiento. Solamente a partir de un sólido compromiso con la ciencia y sus distintas formas de abordar sus objetos de conocimiento, "se podrán sentar las bases de una verdadera pedagogía universitaria" (Nonhebel, 1996:91).
La problemática transdisciplinaria la abordamos y tiene que ver con la pedagogía en la Educación Superior , que se levanta y es vinculante con la idea de la calidad y la pertinencia, ubicándose en el contexto institucional, nacional e internacional, asociado a los paradigmas sobre los cuales se desarrolla la universidad venezolana, como lo es: una sociedad que solicita se entreguen cuentas, una sociedad que clama porque la producción de saberes sea pertinente para solucionar sus necesidades (García Guadilla, 1996).
Si nos detenemos a analizar comparativamente lo que ocurre en nuestras instituciones de educación superior, encontramos, por ejemplo, dos áreas del conocimiento; una en el contexto particular de las ciencias empíricas y otra las sociales, desde el punto de vista de los argumentos ideológicos y filosóficos, percibiremos que en la primera, en la mayoría de los casos, el sujeto se aísla del objeto, al respecto refiere Morin (1999:17):
...el paradigma cartesiano separa el sujeto del objeto con una esfera propia de cada uno: la filosofía y la investigación reflexiva por un lado, la ciencia y la investigación objetiva por el otro, es decir, dos extremos: Sujeto- Objeto, Alma-Cuerpo, Calidad-Cantidad, Espíritu-Materia, Sentimiento-Razón, Libertad-Determinismo, Existencia-Esencia.
Se determina, así, una doble posición; por un lado objetos sometidos a observaciones, planteándose problemas de existencia y manipulaciones; por el otro, un mundo de sujetos formulándose problemas de existencia, de comunicación, de conciencia y de destino. Así, el paradigma puede al mismo tiempo dilucidar y cegar, revelar y ocultar.
Para tener claras las ideas plasmadas, debemos precisar que en el ámbito de la ciencia la idea de los paradigmas y sus cambios fue resaltada y difundida por el investigador Kuhn (1992), para este autor un paradigma científico es un conjunto de logros compartidos por una comunidad científica, empleados para difundir legítimamente problemas y buscar soluciones, por lo que investigadores que comparten un mismo paradigma están bajo el dominio de las mismas reglas, normas y prácticas científicas, claro está que existen períodos y épocas en las cuales el paradigma cambia, Kuhn las denominó "revoluciones científicas".
Nosotros asumimos que la transdisciplinariedad emana gracias al cambio de paradigma, nace como consecuencia de las "revoluciones científicas". La transdisciplinariedad no sigue normas rígidas preestablecidas, por lo que difícilmente podemos proyectarla como un paradigma. La transdisciplinariedad no se explica con base en la deposición de paradigmas, tal como lo proyecta el autor antes mencionado, sino más bien en la integración de paradigmas que provienen de las diferentes áreas del conocimiento, tanto existentes como emergentes, este planteamiento lo refiere Hurtado de Barrera (2000:11), cuando menciona que tanto la transdisciplinariedad como la holística "trascienden el concepto de paradigma para quedar contenidos en el de sintagma4". Debemos recordar e iterar lo mencionado en párrafos anteriores, la transdisciplinariedad se plantea como una propuesta para abordar situaciones paradigmáticas formuladas por la sociedad y que emergen de la realidad.
Las razones arriba referidas nos conducen a sugerir que el mejor escenario para vislumbrar la transdisciplinariedad son las universidades, son ellas las llamadas a replantearse los nuevos diseños curriculares, formar los nuevos formadores y sobre todo egresar profesionales críticos, capaces de arribar a planteamientos complejos y con el perfil de los profesionales que demanda la sociedad.

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